Recuerdo
los primeros programas de televisión que trataban sobre los misterios de la
humanidad, como las Líneas de Nazca, La construcción de las Pirámides de Egipto
o el significado de los Moais las misteriosas esculturas de la Isla de Pascua.
Conducía
esos programas el Dr. Jiménez del Oso, pionero en el tratamiento de estos temas
en la televisión de España, en unos años en los que solo existían dos canales y
más voluntad que medios para llevar a cabo cada emisión.
Con
el tiempo el interés despertado por este pionero de la comunicación ha
encontrado un digno relevo en Iker Jiménez tanto en radio como en televisión.
Tanto
él como otros investigadores de ciertos episodios de la humanidad que guardan
todavía el encanto del misterio, en alguna ocasión se detienen a analizar la
cultura de Rapa Nui, la cultura de La Isla de Pascua.
Pascua
es una isla considerada como el lugar más alejado del resto del mundo. Los
lugares más próximos a este punto misterioso son Pitcairn en Australia (2.000
Kms de distancia), Tahití (4.200 Kms de distancia) y Chile, país al que pertenece
(3.700 Kms de distancia).
Por
ello no resulta extraño que pasara desapercibida para los primeros navegantes
occidentales hasta que el 5 de abril de 1722, Domingo de Resurrección (de ahí
su nombre) el navegante holandés Jakob Roggeveen avistó el territorio, marcó
las coordenadas en la carta de navegación y desembarcó en su costa.
No
fue hasta 1770 cuando por orden del Virrey Amat de Perú que el marino cántabro
Felipe Gonzalez Haedo, desembarcó en la isla, tomó posesión en nombre de la
corona española, la rebautizó como Isla de San Carlos en nombre del rey Carlos
III y realizó el primer trabajo de cartografía del territorio. Como podemos
suponer el nombre de San Carlos se perdió en el tiempo y para Occidente
continuó siendo La Isla de Pascua.
En
1774 desembarcó el capitán James Cook y en 1776 el explorador francés Le
Pérouse. A finales del siglo XVIII se había convertido en una escala cómoda en
las largas travesías comerciales que enlazaban los puertos de Sudamérica con Oceanía.
Pero
lo que hacía de Pascua un punto cómodo de abastecimiento y reparación de
embarcaciones no era únicamente su situación geográfica sino el carácter de sus
nativos en absoluto hostiles incluso cuando los occidentales se apropiaban de
todo lo que les apetecía.
Pero
quienes eran los habitantes de Pascua y de donde procedían resultaba un
misterio. No fue hasta bien entrado el siglo XX que la comunidad científica
internacional estableció que los primeros moradores de la isla eran originarios
de las Islas Marquesas, concretamente de la Isla de Rapa, situada a 1200 kms de
Tahití y que habían embarcado en frágiles naves de balancín cargados de
animales domésticos rumbo al horizonte, “al lugar donde nacía el sol”.
En
su camino hacía el Sol Naciente llegaron a una isla triangular de origen
volcánico de 163 kms2 (la cuarta parte de Menorca) a la que llamaron Rapa Nui o
La Gran Rapa, probablemente de abundante vegetación y que ofrecía las
condiciones adecuadas para establecerse.
Consigo
los nuevos habitantes de Rapa Nui también llevaban sus costumbres sociales y
religiosas caracterizadas por una estructura social de clanes dominados una poderosa
aristocracia sacerdotal.
Los
asentamientos se establecieron principalmente en el interior de la isla
quedando la costa destinada a las ceremonias religiosas. A pesar de su origen
común los clanes de Rapa Nui hicieron gala de una territorialidad excesiva y
poco practica para delimitar fronteras en una extensión tan reducida.
Las
fronteras estaban muy marcadas, la defensa de las mismas era salvaje y
periódicamente los clanes se atacaban mutuamente protagonizando episodios de
canibalismo sobre el enemigo que continuaron hasta el siglo XIX, cuando al
formar parte de Chile los primeros misioneros católicos llegaron a la Isla.
Pero
lo que sigue fascinando a los estudiosos y al público en general son los Moai,
las grandes esculturas antropomorfas talladas en materia volcánica, que
representaban a diversos jefes y que al parecer protegían a sus constructores de
los peligros llegados del mar.
Desafortunadamente
la técnica empleada para transportar a los gigantes desde el lugar en el que
fueron tallados hasta su destino final, los ahus, no se conoce. Como tampoco se
conoce el verdadero significado de estos gigantes o de los símbolos con los que
fueron engalanados.
La
razón para que la cultura de Rapa Nui continue constituyendo un misterio se
debe a la drámatica desaparición de una buena parte de la población de la isla
en el transcurso de un episodio de la historia del que no se suele hablar
demasiado.
Los
isleños se han convertido en guardianes de la memoria de sus antepasados
victimas de un individuo conocido como Marutari.
Gracias
al trabajo de dos historiadores, Francesc Amorós y Joan Muray, finalmente las
piezas han empezado a cobrar sentido y ahora sabemos lo que ocurrió la primera
semana de Diciembre de 1862 cuando una flota de 8 barcos zarpó del puerto
peruano de Callao rumbo al Pacífico con el fin de capturar esclavos y obtener
dinero fácil y rápido.
La
industria de los fertilizantes agrícolas había empezado a cobrar protagonismo
en la mejora de las explotaciones de todo el mundo. Pero su rendimiento distaba
mucho del actual, puesto que no se empleaba fertilizantes obtenidos en
laboratorios, sino que se trataba de fertilizantes naturales. De guano,
excrementos de pájaros para ser más exactos, que se encontraba en los
acantilados y zonas de difícil acceso de la costa peruana.
Aunque
debido a la presión Británica el comercio con seres humanos había sido abolido
en España en 1820 lo cierto es que la lista de barcos que se saltaban esta
prohibición y que posteriormente fueron apresados por parte de los británicos
en alta mar es muy larga.
Aquella
primera semana de 1862 la flota de ocho barcos que zarpaban del puerto de
Callao, estaba capitaneada por la corbeta de tres palos Rosa y Carmen cuyo
mando recaía en un individuo tuerto, poco agraciado y conocido por su crueldad,
conocido por los indígenas como Marutani.
Tras
navegar varias semanas por el Pacifico próxima la Navidad la flota llegó a
Pascua y realizó una razia que se saldo con la captura y muerte de centenares
de isleños. Fue tal la violencia de aquel episodio que a día de hoy forma parte
del recuerdo colectivo de sus descendientes.
Lamentablemente
cuando la flota llegó a Callao con las bodegas repletas de rapa nuis las
autoridades locales les ordenaron liberar a las victimas puesto que el esclavismo
estaba prohibido y procedieron a retener a los capitanes de las naves. El tal
Marutani, al que esperaba una orden de búsqueda y captura por una larga lista
de delitos de piratería en el océano Pacífico inexplicablemente se perdió en la
noche y según cuenta la historia regresó a Catalunya, a su población natal en
El Maresme, viviendo hasta el fin de sus días en 1914 de los intereses que le
proporcionaron los beneficios obtenidos con sus actividades delictivas como
pirata.
Por
su parte de los rapa nui solo quedaban 100, de los que 85 murieron en la
travesia de repatriación puesto que habían contraído enfermedades graves como
la viruela. Los 15 restantes al llegar a Pascua contagiaron la enfermedad al
resto de sus parientes y se registró una epidemia que diezmo aun más a la
población superviviente a la razia de Marutani.
En
realidad Marutani era una deformación del apellido del capitán F. Maristany
originario de una población costera del Maresme y que ha pasado a la historia
como genocida.
Cuando
en la década de 1990 se editó un libro que hablaba de las actividades
esclavistas de ocho capitanes más originarios del mismo lugar, la reacción de
los actuales habitantes del pueblo no fue precisamente conciliadora puesto que
casi todos pensaban que no era necesario remover el pasado.
Lo
cierto es que entre 1862 y 1864 de los 4.000 nativos de Pascua las naves
esclavistas secuestraron más de un tercio y las enfermedades hicieron que el
censo de 1864 registrara una supervivencia tan solo del 35% de los habitantes
de la isla.
Lo
que Marutiani-Maristany hizo no fue distinto a lo que hicieron otros que se
dedicaban a la misma actividad. Pero en su caso fue más grave, no solo porque
representaba una perdida irreparable de vidas humanas, sino porque entre los
secuestrados se encontraba la familia real y la mayor parte de la casta sacerdotal.
Y
eran precisamente los sacerdotes los que poseían la clave de la cultura y los
conocimientos de Rapa Nui, que a todas luces se trataba de una cultura que
según los expertos era mnemotécnica, es decir basada en la memorización de
datos.
Por
ello y aunque los descendientes de los Rapa Nui defienden sus tradiciones, su
lengua y su cultura, se enfrentan a lagunas cognoscitivas que de no haber
intervenido Maristany en el curso evolutivo de la cultura indígena ahora permitirían
por ejemplo descifrar los signos conocidos como rongo-rongo.
A
partir de 1867 la cultura de Rapa Nui gracias a la influencia del cristianismo
se encontraba en su ocaso. Finalmente en 1888 el capitán de corbeta chileno
Policarpo Toro incorporó de forma oficial la isla al territorio de Chile tras
presentar a los jefes tribales un documento que firmaron con el firme
convencimiento de que se habían convertido en un protectorado.
El
gobierno chileno otorgó una concesión a la compañía británica Williamson y
Balfour para la cria de ovejas, cerdos y vacas, que comprendía la totalidad del
territorio. Los rapa nui pertenecían a la citada compañía y eran prácticamente semi
esclavos en su propia casa.
Aunque
ahora Pascua se rige por un estatuto especial que reconoce su identidad
cultural dentro del territorio chileno sus habitantes no tuvieron derecho a la ciudadanía
hasta 1966.
Los
descendientes de los rapa nui mantienen su lengua y sus costumbres, están
exentos de impuestos y forman parte de diversos organismos que les ligan a la
Polinesia. Pero continúan sin saber el significado de los signos que quedaron
escritos en las tablas rongo-rongo y que podrían constituir la primera muestra
de lenguaje escrito en Polinesia. Y tampoco pueden estudiar las 20 tablas que
quedan como mudo testigo de su grandeza, puesto que se encuentran en museos
lejanos, como Santiago de Chile, Londres, Washington, Roma, Viena, Berlín,
Hawai o Tahití.
La
vida en la Isla a partir de 1994 experimentó un giro importante debido al
rodaje de la película Rapa Nui
producida por Kevin Costner y que narraba los enfrentamientos entre clanes a
través de una historia a lo Romeo y Julieta. Dejando a un lado la calidad y
veracidad de la producción lo cierto es que despertó en todo el mundo un súbito
interés por la isla y su historia y reactivó el mercado turístico. Ahora hay un
vuelo diario desde Santiago de Chile y dos semanales desde Tahití, lo que ha
convertido a Pascua en un territorio más accesible.
Pero
esto no significa que las cosas sean fáciles en Rapa Nui. Buscando
documentación en internet he encontrado este documento del relator de Derechos
Humanos de Naciones Unidas que me permito reproducir para que podamos comprobar
que en 2010 no reinaba precisamente la calma en esta parte del mundo.
Isla
de Pascua: Declaración del Relator Especial ante los desalojos de indígenas
rapanuis
GINEBRA
– “Quisiera dar a conocer a todos los interesados que he mantenido comunicación
con el Gobierno de Chile, sosteniendo un intercambio de información sobre la
situación del pueblo rapanui en la Isla de Pascua. He expresado mi preocupación
sobre las medidas de desalojo realizadas por efectivos de la fuerza pública en
respuesta a los actos de reivindicación que han realizado diversos clanes
rapanuis en los últimos cinco meses en la Isla de Pascua (Rapa Nui) como
consecuencia de los reclamos históricos del pueblo rapanui sobre la isla. Al
respecto, el Gobierno me ha informado sobre diversas medidas que ha impulsado
para atender los reclamos del pueblo rapanui, incluida la realización de mesas
de diálogo.
“A
pesar de lo informado por el Gobierno, es evidente que la situación sigue
siendo preocupante, tal como señalan los últimos sucesos acaecidos en la Isla
de Pascua, en particular lo ocurrido el 29 de diciembre de 2010. Según la
información que he recibido, unas 70 personas rapanuis ocupaban pacíficamente
la plaza Riro Kainga en el centro de Hanga Roa, como acto de protesta en
reivindicación de sus derechos ancestrales territoriales, fueron desalojadas
por un centenar de carabineros fuertemente armados, quienes golpearon a una
veintena de personas, entre ellas varias mujeres y niños. Este hecho ocurrió
luego de no haberse logrado un acuerdo entre el Gobierno y el Parlamento
rapanui para poner fin voluntariamente la ocupación de la plaza Riro Kainga.
“Además,
según la información recibida, los desalojos forzados podrían continuar
ocurriendo, como podría ser en el caso de los miembros del clan Hito Rangi
quienes han sido citados por la fiscalía para el próximo 13 de enero de 2011 a
una audiencia pública de formalización por el supuesto delito de usurpación.
“He
manifestado ante el Gobierno mi preocupación por estos hechos y los
enfrentamientos violentos, junto con la amenaza de posibles desalojos futuros.
Todos estos hechos que han vuelto a desestabilizar las relaciones entre el
Estado y los clanes rapanui no generan un clima propicio para llevar a cabo un
proceso de diálogo.
“En
tal sentido, en una comunicación enviada al Gobierno el 10 de enero de 2011,
les he recomendado que eviten nuevos desalojos y que la presencia policial en
la Isla no exceda lo necesario y proporcional para mantener la seguridad de sus
habitantes. Al respecto observo con interés la sentencia de la Corte de
Apelaciones de Valparaíso, del 11 de noviembre de 2010, rol 343, que en su
momento descartó una solicitud de desalojo contra el clan Hito, señalando que
‘los isleños se consideran legítimos poseedores de la Isla’ y que ‘no puede
desconocerse que ante la magnitud de los temas que se discuten, ellos adquieren
un carácter político’.
“Además,
he instado al Gobierno a desplegar el máximo esfuerzo para llevar a cabo un
diálogo de buena fe con representantes del pueblo rapanui con el fin de
resolver, a la brevedad posible los verdaderos problemas de fondo que explican
la actual situación. Considero que ello es particularmente acuciante en
relación con el reconocimiento y garantía efectiva del derecho de los clanes
rapanuis sobre sus tierras ancestrales, basado en su propia tenencia
consuetudinaria, de acuerdo con el Convenio 169 de la OIT, del cual Chile es
parte, y otras normas internacionales relevantes.
“Finalmente,
he hecho un llamamiento urgente al Gobierno a tomar las medidas que sean
necesarias para evitar amenazas o daños a la seguridad física de los miembros
del pueblo rapanui y sancionar a las personas responsables de cualquier uso
excesivo o desproporcionado de la fuerza en el curso de los operativos
policiales de desalojo.
“Como
Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas seguiré observando
atentamente la situación de los derechos del pueblos rapanuis, manteniendo el
diálogo con el Gobierno y todas las partes interesadas para contribuir a la
búsqueda de soluciones de acuerdo a las normas de derechos humanos.”
FIN
El 26 de marzo de 2008, el Consejo de Derechos Humanos de
la ONU nombró a James Anaya Relator Especial sobre los derechos de los pueblos
indígenas por un período inicial de tres años. El Sr. Anaya es Profesor de la
Cátedra James J. Lenoir de Política y Derecho Humanitario de la Universidad de
Arizona (EE.UU.).
Visite la página web del Relator Especial:
http://www2.ohchr.org/english/issues/indigenous/rapporteur/
ACNUDH, página por país – Chile: http://www.ohchr.org/SP/Countries/LACRegion/Pages/CLIndex.aspx
Consulte la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas:
Y ya para acabar, deberíamos recordar una
película que en su momento conmovió al público de todo el mundo. Se trata de la
cinta Amistad dirigida en 1997 por
Steven Spielberg y que contaba la historia de la goleta española del mismo
nombre, que en julio de 1839 trasladaba a 53 esclavos procedentes del barco
negrero portugués Tecora. Los
esclavos se liberaron y tras un combate intenso en el que murió el capitán,
acordaron que la tripulación pusiera rumbo de regreso a su hogar en África. Pero
la goleta siguió al norte y frente a Long Island un fueron abordados por un
barco militar de bandera estadounidense. Su comandante decidió llevarles, con
ánimo de venderles, hasta Connecticut, donde estaba permitida la esclavitud y
el tráfico de esclavos.
La situación fue compleja puesto que el
presidente de EEUU Van Buren era proesclavista, los abolicionistas se hacían oír,
la Corona Española y los traficantes de esclavos reclamaban la
propiedad de los esclavos y finalmente los esclavos podían desde ser liberados
a castigados por asesinato. El futuro presidente de EEUU John Quincy Adams les
defendió y los esclavos fueron conducidos, en 1842, a Sierra Leona, el lugar
donde habían sido secuestrados.
La anécdota más
terrible es que el capitán del Amistad que murió a manos de los esclavos, era
el ibicenco Ramón Ferrer.
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