Como cada año en estas fechas tan señaladas
me invade un deseo irrefrenable de repartir collejas ante las reiteradas
manifestaciones de orgullo castaño-patrio expresadas día sí día también con
marcado tono de desprecio hacia costumbres que resulta que un día fueron
nuestras pero que no lo recordamos porque el cristianismo las asimiló dejando
de ser paganas y libres.
Me refiero a Halloween o All Hallow’s Eve,
Vispera de Todos los Santos, Noche de Brujas
o Noche de Difuntos.
Efectivamente me refiero a una fiesta de
origen celta celebrada en países como Canadá, EEUU, Irlanda o Reino Unido, en Centro
y Sudamérica y en los últimos años también en España.
SAMHAIN
El origen de esta fiesta es la celebración
celta del Samhain convertida por el
cristianismo en el Día de Todos los Santos y que recuperan los emigrantes
irlandeses llegados a América del Norte durante la Gran Hambruna.
Este día que se asocia a los colores naranja,
negro y morado, a Jack-o’-lantern y actividades como las hogueras, visitar
casas encantadas, leer historias de miedo, ver películas de terror y la
recolecta de dulces y golosinas al ritmo de truco o trato.
El término Halloween (variación escocesa de
la expresión inglesa All Hallows’Even
o “víspera de todos los Santos”) se empleó como tal por primera vez en el siglo
XVI.
Su origen se encuentra en Samhain, fiesta celta que significa
“fin del verano” (para los antiguos britanos Calan Gaeaf). Era la fiesta
del fin de la temporada de la cosecha, considerada como el Año Nuevo celta, el tiempo en el que comenzaba la Estación Oscura.
Para los celtas la llegada del Samhain era el momento en que la línea que une el Mundo de los
Vivos con el Otro Mundo, se estrechaba y permitía a los espíritus, buenos y
malos, a pasar de un lado a otro.
Los ancestros eran invitados a la casa familiar y
homenajeados, los espíritus negativos eran alejados. El uso de disfraces y máscaras
obedece al propósito de imitar la apariencia de un espíritu negativo para protegerse.
En Escocia los jóvenes se vestían de blanco y cubrían sus
rostros con máscaras o se los pintaban de negro.
Samhain era el
momento de hacer balance de los suministros, los alimentos y del ganado, era el
tiempo adecuado para prepararse para el invierno.
El fuego también estaba muy presente en las comunidades celtas en esta
fiesta. Los fuegos de las casas se apagaban y se encendía una hoguera única en
la chimenea, a la que se lanzaban los huesos de animales sacrificados.
Esa noche los espíritus visitaban las casas de su familia y para que
pasaran de largo y no perturbasen a sus familiares con terribles pesadillas estos
colocaban en la ventana una vela encendida por cada difunto reciente.
Samhain era el momento
en el que el pasado, el presente y el futuro se convergían en un punto único.
El pasado se honraba celebrando banquetes en las tumbas de los antepasados,
el presente se centraba en el recuento de alimentos para afrontar el invierno y
se exploraba el futuro en sesiones de adivinación que tenían lugar en el
transcurso de banquetes.
En Roma se celebraba, entre los
últimos días de octubre y primeros de noviembre, la Fiesta de la Cosecha en honor a Pomona la diosa de los árboles frutales y las manzanas eran el
símbolo principal. Cuando los romanos conquistaron y ocuparon los dominios
celtas, la fiesta de Samhain y la Fiesta de la Cosecha se fusionaron.
En un tiempo en el que las llamadas
fiestas paganas seguían muy vivas, los papas Gregorio III y Gregorio IV
intentaron que perdiesen fuerza trasladando la festividad cristiana de Todos
los Santos del 13 de mayo al 1 de noviembre.
Fue a partir de 1840 cuando esta fiesta llegó
a EEUU y Canadá de la mano de los irlandeses emigrados durante la Gran
Hambruna. Esta comunidad introdujo la costumbre de tallar calabazas y colocar
en el interior hueco una vela, inspirándose en la leyenda de Jack el Tacaño o
Jack-o’-Lantern
La noche de Halloween se permitía a los espíritus
de los difuntos vagar libremente por la tierra. Pero no solo a ellos sino
también a entes procedentes de todos los reinos y dimensiones espirituales.
El más malévolo era Jack-o’-Lantern que iba casa por casa pidiendo truco o trato. La
leyenda aconsejaba que era mejor hacer trato sin importar el precio que costase
ese trato.
Si no se pactaba con Jack-o’-Lantern este podía usar sus poderes para hacer un truco que
consistía en lanzar una maldición sobre la casa y sus habitantes: infortunios,
enfermedades, la muerte del ganado, epidemias o un incendio en la vivienda.
Para protegerse de esta maldición, empezaron
a decorar las calabazas convirtiéndolas en protagonistas al esculpir caras
terroríficas, dejarlas huecas y colocar en el interior velas.
Con el tiempo el truco y el trato, dejaron de
ser motivo de terror convirtiéndose en trucos y travesuras dulces.
Actualmente los niños son los protagonistas
de la fiesta. Disfrazados con los celtas primitivos recorren su barrio pidiendo
truco o trato. Si los vecinos cumplen el trato, pueden llegar a casa con un
botín delicioso, a base de caramelos, chocolatinas y otras delicias. Este recorrido infantil, probablemente es la
aportación de la colonia holandesa en relación con la Fiesta de San Martín.
Jack-o’-Lantern
Cuenta la leyenda que al Diablo le llegó el rumor de que existía en la
tierra un alma tan negra y perdida, que dejó el Infierno para comprobarlo.
Disfrazado de humano llegó al pueblo de Jack un tipo bebedor y tacaño y le
encontró en la taberna. Le invitó a beber y pasaron varias horas conversando.
El Diablo comprobó que la fama de Jack era cierta. Así que se dio a conocer y
le dijo que había venido a llevárselo para que pagase por sus pecados.
Jack como última voluntad pidió otra ronda. Pero cuando llegó el momento de
pagar ni el Diablo ni él llevaban dinero así que retó a Lucifer a que
demostrara sus poderes convirtiéndose en una moneda para pagar la ronda.
El Diablo se transformó en moneda pero Jack en lugar de pagar le metió en
su bolsillo, en el que llevaba un crucifijo de plata. Viendo que no podía salir
de allí Lucifer ordenó a Jack que le dejase libre. Pero este respondió que no
lo haría sino prometía volver al infierno y no molestarle durante un año.
Transcurrido ese tiempo, el Diablo regresó para llevarse a Jack al Infierno
pero este pidió un último deseo: que Lucifer cogiera una manzana situada en lo
alto de un árbol para comérsela antes de viajar al inframundo. Este aceptó pero
cuando estaba en el árbol, Jack talló una cruz en su tronco para que no pudiese
escapar.
El nuevo trato consistió en que el Diablo no molestaría a Jack en diez años
y que nunca reclamaría su alma.
Pero antes de cumplirse los diez años, Jack murió y cuando se preparaba
para ir al cielo San Pedro le impidió el paso y le envió al infierno, en donde
tampoco fue aceptado, debido al trato que había hecho.
De esta forma Jack fue condenado a vagar por los caminos entre los reinos
del bien y del mal, portando una calabaza hueca con un carbón ardiendo dentro,
como única luz que le guie.
Pero no fue hasta 1921 cuando comenzó a celebrarse de forma masiva. Ese año
se organizó el primer desfile de Halloween en Minnesota y en los años
siguientes se organizaron más en otros estados.
Halloween llegó al resto del mundo a finales de los 70 y principios de los
80 a través del cine y las series de televisión. El punto de inflexión llegó en
1978 cuando se estrenó la producción dirigida por John Carpenter, La Noche de
Halloween, actualmente referencia del cine de terror Serie B con innumerables
secuelas e imitaciones.
LA PENINSULA
El magosto, la castañada, la castanyada, es una fiesta tradicional de
algunas zonas del Norte de la Península, como Galicia, Cantabria, Aragón,
Asturias, la provincia de León (Babia, El Bierzo, La Cabrera, Laciana,
Maragatería y Montaña de Riaño), Sanabria, Benavente y Los Valles (Zamora),
Sierra de Francia (Salamanca) y en Las Hurdes (Caceres). Y también es fiesta
popular en Portugal en donde se la conoce como magusto. Internacionalmente es
conocida como Chesnut Party.
Los elementos más importantes son las castañas y el fuego. Por unos días las
castañas recuperan la importancia que les han arrebatado el maíz y la patata
desde su llegada a Europa tras el descubrimiento de América.
Desde el paleolítico los grupos humanos se alimentaron de castañas y
bellotas, una costumbre que se afianzó tras la expansión del cultivo de
castaños por parte de los romanos. Las castañas se convirtieron en la base de
la alimentación de las comunidades, como fruto fresco, seco o molido pero en el
siglo XVI fueron sustituidas por maíz y patatas.
El origen de la palabra magosto tiene una marcada relación con el fuego [Magnus Ustus (gran fuego) o Magum Ustum (fuego mágico)], la cosecha de castañas y el agradecimiento por ello.
Entre el 1 de noviembre (Todos los Santos) y el 11 de noviembre (San Martin) se celebra la fiesta del Magosto donde las reinas son las castañas asadas, acompañadas de chorizos y vino nuevo.
Los asistentes saltan sobre las hogueras y se tiznan la cara con los restos de la misma para tener suerte, practican juegos tradicionales, cuentan cuentos y cantan canciones.
En Orense la fiesta del Magosto coincide con la de su patrón San Martín de Tours el 11 de noviembre. La costumbre es visitar un monte cercano y encender una hoguera para asar carne de cerdo, chorizos y castañas y acompañarlos con vino nuevo.
En estas celebraciones las castañas se asan con miel y también se con leche y se sirven acompañadas de otras frutas y dulces de temporada (boniatos, higos nueces, bellotas, granadas, castaña confitada, dulce de membrillo, pastel de calabaza, huesos de santo y panellets) y sidra dulce.
En Asturias durante el amagüestu (magüestu, magostu o amagostu) se comen castañas acompañadas de sidra dulce y se baila la "Danza Prima" y "Riu Verde".
En la vigilia de Todos los Santos se celebra el maguestu de Difuntos, en el que las familias asan las castañas alrededor de una hoguera. Las que sobran se tiran al suelo al tiempo que se exclama "¡Esto ye pa que xinten los difuntos!" ("¡Esto es para que coman los difuntos!").
En Cantabria se celebra la Magosta, fiesta ancestral en la que se asan castañas y se baila al son de canciones montañesas
Gaztainerre-Gaztañarre
Es la fiesta del País Vasco en la que se asan castañas y se acompañan de caracoles o morokil, masa elaborada con harina de maíz.
Castanyada
Es la variante catalana y aragonesa, en la que se comen castañas asadas o confitadas, panellets (pastelillos elaborados a base de almendra) y boniatos acompañado todo con vino de moscatel.
La ingesta de alimentos altamente energéticos se debe probablemente a la necesidad de recuperar energía. A lo largo de la Noche de Todos los Santos, vigilia del Día de los Muertos los campaneros ayudados por amigos y parientes de los difuntos tocaban a muerto sin pausa
Calbote, Chaquetía, Castañada, Castanyada, Magusto…son otros de los nombres con los que es conocida esta fiesta.
Todas las variantes de esta
celebración tienen en común el hecho de comer frutos de la temporada y rendir homenaje
a los difuntos de la comunidad.
El componente mágico primitivo de
esta fiesta lejos de desaparecer bajo la influencia cristiana se mantiene vivo.
No importa si celebramos
Halloween, la Castañada, la Castanyada, Gaztainerre-Gaztañarre, magosto, amagüestu , magüestu, magostu, amagostu, Calbote o Chaquetía.
De una forma y otra rendimos homenaje a nuestra raíz, a un tiempo en el que empezamos a definir las estructuras de nuestra cultura.
De una forma u otra celebramos los ciclos de
la tierra, ciclos vitales que los humanos no controlamos.
De una forma u otra celebramos una fiesta celta...así que recordad que no se trata de una tradición de EEUU...se trata de una fiesta de las que cruzaron el océano para regresar y ayudarnos a recordar nuestras raíces.
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