Empecé a escribir este blog, que como siempre os digo no es mío sino vuestro, por varias razones.
La más importante por curiosidad. Todos hablaban de los blogs, de quien tenía un blog, de lo chulo que era escribir un blog ...y pensé ¿y porque no lo hago? y después de darle muchas vueltas (ya sabéis como soy) lo hice, empecé La Pequeña Balboa. Una vez hecho encontré la forma de compartirlo a través de Facebook y twitter.
Hacía tiempo que tenía una cuenta en twitter abandonada a su suerte en medio de la red, a la deriva, al no encontrarle la "gracia" al invento.
Aquello del te sigo-me sigues me resultaba incomprensible y muy aburrido. Ahora año y pico más tarde con nueva cuenta y un millón de historias preciosas vividas gracias a gente maravillosa, he encontrado la magia en esta red social. Recuperé el ritmo de la escritura. El ritmo adquirido durante el tiempo que trabajé en una revista escribiendo reportajes, artículos, reseñas, críticas...de todo.
Aquel tiempo en prensa, fue un tiempo de aprendizaje maravilloso que aunque economicamente no me reportó demasiado, puso a mi alcance la posibilidad de adquirir una experiencia valiosa, conocer a gente fascinante, asistir a eventos a los que nunca habría asistido (la última obra dirigida por Adolfo Marsillach que apareció en el escenario de la mano de Carlos Hipólito y fue ovacionado durante varios minutos; la última función de Lunas Rotas de Juan Luis Galiardo en Barcelona, que tras saludar al público, se situó en el centro del escenario y nos dedicó unas palabras maravillosas;la puesta en escena de Torero de Antonio Canales...el público fue tan entusiasta, que cuando la compañía se había vestido de calle, nos premiaron con más de 45 minutos de improvisaciones sobre el escenario; entrevistar a personas de la talla del Maestro Tavora de la Cuadra de Sevilla; que me salvara de una avalancha de fans el actor Rowan Atkinson en la presentación de la primera película de su personaje, Mr. Bean; conciertos, exposiciones, desayunos, comidas o cenas de trabajo en las que aprendías de tus compañeros de mesa como si se tratase de una clase magistral...).
Recuperé el ritmo que requiere un texto, documentación, redacción, corrección, nueva elaboración...lo recuperé a medida que avanzaba el blog. Pero sinceramente, no me planteé en momento alguno añadir ilustraciones o música...
No me lo planteé hasta que un gran amigo se lo planteó. Hace meses que me comentaba que el blog quedaría más "guapo" aprovechando las posibilidades técnicas que permite la plataforma en lo que a diseño se refiere.
Al final con esa bendita paciencia que tiene (es como una gotita de agua, suave pero persistente que logra sus objetivos) acabé cediendo a sus consejos.
Y sinceramente no me arrepiento. Imagino que habéis visto como cada día aparece una ventanita más, una foto más, un cambio de color, un nuevo video...os aseguro que sin él sin mi amigo, no hubiese sido posible.
Si quereís que sea sincera, la mitad de las veces no pillo lo que me sugiere hasta la décima repetición.
Pero no se rinde, no se cansa, no cesa en su guía. Y resulta fascinante lo que me muestra.
He visto rincones remotos de internet, escondites, curvas...y aunque me pierdo entre códigos y demás me resulta fascinante.
Pero internet es un lugar no apto para usuarios del tipo "me llamo Dory,busco a Nemo y no se si hablo balleno". Es decir, yo misma.
No recuerdo los paswords por muy sencillos que sean. Como los olvido facilmente o los confundo más facilmente anoto los paswords en una libreta. Una libreta que sin saber como desapareció.
Bueno no es exacto. Soy incapaz de encontrarla. Y era muy importante para mí porque otro de los consejos de mi amigo, que es un tipo organizado no sabéis cuanto, fue abrir una cuenta en twitter para gestionar ordenadamente la difusión del blog. Es decir no mezclar la devoción con la obligación.
En mi cuenta de twitter principal me comunico con gente realmente enriquecedora y divertida. Montamos fiestas, desayunos, aperitivos, sobremesas, tertulias, karaokes y bailes virtuales, viajamos por el mundo.
Por tanto lo mejor era llevar a La Pequeña Balboa a un lugar distinto. Así que alumna aplicada abrí una segunda cuenta, con un nuevo email y...olvidé los paswords de ambos y perdí la libretita cuya misión era ser mi memoria virtual. Pero nones porque ni recordé uno ni encontré lo otro
No creaís que no he intentado recuperar mi cuenta...Lo he intentado hasta la saciedad con tanta dedicación que tanto twitter como google han llegado a la conclusión de que "mira que mejor intentas recuperar las cuentas dentro de unos días porque no tenemos claro si es que eres una humana que no recuerda sus paswords o un robot que tiene el día tonto".
Porque claro para recuperar tu cuenta en twitter el departamento de ayuda envía la solución al email asociado pero en mi caso tampoco no recordaba la clave del email asociado...
Si a esta maratón contra algo tan "real" como "virtual" como es la red, le añadimos que mi ordenador portátil, decidió cuestionar los términos de nuestra relación y ralentizar sus funciones de encendido, de conexión a internet...de todo, imaginareis que la tentación de lanzar el ordenador al vacío desde el quinto piso resultaba más que relajante.
Así que tomé una decisión drástica y terrible...abrir una nueva cuenta de correo y una nueva cuenta en twitter, que por cierto a pesar de hacerlo en solitario, creo que ha quedado muy mona.
A pesar de mis líos, de perder mis paswoords, a pesar de todo ello me gustan las redes sociales.
Mi grupo de twitter es de lo mejor. Desde la hermosa Xixón, pasando por Valencia, Alicante, Madrid, Fuenlabrada, Sevilla, Barcelona, El Prat de Llobregat...de Norte a Sur de Este a Centro de la Península, intercambiamos buena energía, música, bromas, poesía, solidaridad...eso es lo que me gusta, lo que más me gusta...que me deseen feliz día, que me deseen buena noche, que me cuenten cosas, que me hagan reír...y ellas y ellos lo consiguen...gracias familia...gracias a vosotros se lleva mejor perder la clave de acceso de la cuenta y bucear en la red sin éxito por supuesto.
No obstante, que las redes sociales me resulten divertidas, que este blog que es de todos esté en plena reforma de diseño...todo eso y más es obra de mi amigo informático.
Bueno ese no es su único perfil, si hubiese nacido en el Renacimiento estaría en su salsa. Hombre de tecnología y sensibilidad. Y de infinita paciencia.
No imagináis lo frustrante que puede resultar intentar explicarme algún concepto técnico. Digamos que mi única neurona cuando recibe más de dos instrucciones se da a la fuga y me deja sola ante el peligro.
Pero él ha conseguido que le siga, que me interese y que logre un aceptable nivel de éxito.
Eso sí, que nadie me pregunte que he hecho...yo solo se que Google decía que había realizado el proceso satisfactoriamente y eso es suficiente.
Se que en ocasiones resulta difícil seguirme porque me disperso.
Lo que quería deciros es que no me considero adicta a las redes sociales...solo me confieso maravillada por la fe que muestran los componentes del grupo en las pequeñas cosas, en la vida, la familia, sus hijos, sus aficiones.
Sin olvidar la infinita paciencia y la generosidad de mi maestro, mentor y amigo. Si alguno de los proyectos, de los pequeños sueños por los que peleo cada día acaban de germinar, no será solo por la ilusión que yo le ponga a cada paso. Evidentemente se deberá a apoyo de todos y todas.
Mi profe de informática, maestro pescador en redes virtuales revueltas, merece mención especial. Por la fe que demuestra, por la tenacidad, por las palabras positivas, por la capacidad de convertir los problemas en algo sencillo, por la dedicación.
Cada día estoy más convencida de que los milagros existen. Sobretodo si tienes a tu lado a gente tan maravillosa. Gracias a todos y a todas.
Si ya se que me he puesto un poco tontorrona, pero es que he descubierto que os quiero mucho. Mucho.
Escena que resume
mi frustración
ante las
máquinas y las redes
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