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lunes, 24 de marzo de 2014

ADOLFO SUAREZ...







No va a faltar ni uno. Ya verás tu como no. Todos querrán salir en la foto. 

A ver qué no digo yo que no te lo merezcas, pero no sé, me parece que todos estos programas especiales, las condecoraciones (la Real Orden de Carlos III la más alta condecoración civil de España, que si la tienen Sakorzy, el Rey de Marruecos o el Rey de Jordania entre otros…que dicen que es una condecoración que se concede a quienes hacen cosas buenas por el país…fíjate tú al final te la han concedido a título póstumo), los elogios y demás, te lo podían haber dado antes de morirte. 

Incluso antes de que te desconectases del mundo porque ya no tenías más razones para seguir, creo que te lo podían haber dicho.

No se…cenas de gala, homenajes…una sesión maratoniana con el Congreso y el Senado reunidos para decirte que se habían equivocado, que te pedían disculpas…que se habían pasado tres pueblos.

Ahora están pasando todos… pero todos todos…y no te cuento la de halagos que te están dedicando.

No sabes la cantidad de “amigos” que tienes. Pero de los de verdad verdadera. De los de “para siempre”.


Tu hijo “anunció” que tu fin era inminente antes del fin de semana. Y a partir de ese momento, ni te cuento. Programas especiales, información sobre el diseño del protocolo de tu funeral…y lo más chocante: la manía de hablar de ti en pasado. Decían que estabas sentado en una butaca y que respirabas por ti mismo, pero hablaban de ti en pasado.


Reporteros apostados a la puerta de la clínica en la que estabas ingresado, informativos especiales…y elogios y más elogios…a toneladas.


Y quienes te elogian… bueno a ver… que tu familia te elogie lo comprendo porque dicen que has sido esposo, padre y abuelo ejemplar. No me cabe duda. En absoluto. Tenías pinta de buena persona, de buen hombre.


De aquellos años mis recuerdos son flashes. Imágenes de televisión. Imágenes sobre mi propia familia. Fragmentos sonoros. Nací en el 65 así que ya te puedes hacer una idea.

Recuerdo el día en que se votó la Constitución. Te confieso que no voté porque no tenía la edad. Y te confieso que en aquella época hubiese votado con reservas.


Porque una constitución que no respeta ni promueve la paridad entre hombres y mujeres en algo tan simbólico como el derecho a sucesión de la corona, una Constitución que empieza así, pues que quieres que te diga, no me gusta.


Pero como lo que vota la mayoría es respetable, pues eso. Claro que tampoco tenías demasiado margen de maniobra. A cada paso que dabas el sonido de los sables parecía que resonaban en los pasillos.


Y es que los uniformados seguían pesando en el país. No todos porque algunos como Gutierrez Mellado demostraron que la democracia les parecía el paso adecuado tras la muerte del dictador.

Lo que si recuerdo con claridad era a la señoras de buena cuna y mejor creencia de la parroquia de mi barrio convenciendo a mi madre de que te votase porque “eras muy guapo y muy cristiano, muy católico”.


Ese era el argumento de una gran mayoría. De una inmensa mayoría que había vivido relativamente bien tras la Guerra.

Fácil no lo tuviste. Te encontraste con 600.000 desempleados, una inflación que alcanzaba casi el 27%, la necesidad de devaluar la moneda y una crisis internacional tras los precios del petróleo…un desastre, un auténtico desastre.


Para conseguir que “corriese el agua en un momento en el era necesario cambiar las cañerías” sentaste a partidos políticos y sindicatos y otros actores sociales y lograste que viesen la luz los llamados Pactos de la Moncloa.


En el terreno político quedaron modificados un gran número de normas legales: eliminaste la censura previa y modificaste las restricciones a la libertad de prensa (el poder judicial era responsable de regular el tema); modificaste la ley de los secretos oficiales para que la oposición pudiese acceder a información imprescindible para cumplir sus obligaciones parlamentarias; se aprobaron los derechos de reunión, de asociación política, la libertad de expresión mediante propaganda.
La tortura fue considerada delito. Se reconoció el derecho de los detenidos a asistencia letrada.


Se despenalizó el adulterio y el amancebamiento. Y se derogó la estructura del Movimiento Nacional así como la restricción de la jurisdicción penal militar.


En materia económica se consensuó el despido libre para un máximo del 5% de las plantillas de las empresas, el derecho de asociación sindical, los salarios subieron un 22%, se devaluó la peseta, se reformó la administración tributaria y se tomaron medidas de control a través del Gobierno y el Banco de España debido al riesgo de quiebra bancaria y fuga de capitales.


UCD, PSOE, PCE, PSP, PSC, CSC, PNV, CiU…todos firmaron los dos acuerdos…excepto Manuel Fraga Iribarne de AP que no suscribió los acuerdos políticos.

Mi profesor de historia contemporánea de Bachillerato cuando hablaba de ti decía que eras un mago magistral, que de tu chistera, sacaste una Semana Santa la legalización del Partido Comunista de España o el mecanismo para que los franquistas se autodestruyeran (al menos teóricamente).


Los tuyos te dejaron solo. La oposición te maltrató (un joven abogado de Sevilla dijo que eras un tahúr…ahora dice que lamenta la forma en que te trató). 

Fraga quería el poder porque según decían “él había escrito ya 50 libros y tú no habías leído ni 50”.

Calvo Sotelo comentaba que “en Moncloa había más teléfonos que libros”. Los militares después de aquellos años de plomo querían volver a la mano dura y a ti y a Gutierrez Mellado os llamaban traidores.

Hoy una lideresa ha dicho que “sobre ti se pronunciaron y escribieron chistes terribles”.


Y al final, abandonado por todos, especialmente por quien te había confiado aquel lío monumental, aquel marrón…te prepararon una encerrona en Zarzuela para enmendarte la plana. Pero antes de aquella reunión, presentaste tu dimisión.

Y como en aquella ocasión en la “que pudiste prometer y prometiste y cumpliste” dijiste claramente “que dimitías, que te ibas porque no tenías el apoyo de tu partido y de otros sectores”.

Puede que hicieras algunas cosas bien, otras mal y que otras quedasen a medias…pero lo más importante y que nadie ha dicho en estas horas ni creo que tengan redaños de decir es que “saliste de Moncloa sin un solo céntimo que no fuese tuyo”.

Es más… para hacer frente a los gastos que generaron la enfermedad de tu esposa y tu hija (cáncer) que fueron atendidas en Navarra y EEUU, hipotecaste tu casa-palacio en Avila. En 1995 Banesto ejecutó la hipoteca, al no hacer efectivo el pago, porque tus ingresos procedían de tu despacho de abogados. 

Al parecer te negaste a recibir remuneración alguna a cargo del Estado por tu condición de ex-presidente del Gobierno.

Dimitiste, no te enriqueciste en tu carrera política… uno de los presidentes que te precedieron ha dicho que en un acto público en el que coincidisteis le diste algunos consejos… pues me parece que no hicieron efecto y no tomó nota.

Después del 23-F quienes te sucedieron hubiesen podido dedicar su tiempo tal vez a reformar y mejorar la Constitución, tal vez quien dice que tú y él fuisteis los creadores de la Democracia española podría haber dedicado su tiempo a jurar la Constitución que no juró…o a controlar a sus descendientes… Los concordatos con la Santa Sede se podrían haber revisado… se podía haber hecho tanto…


Pero hemos despertado tarde y mal. Entre unos y otros se han cargado el sistema que en tu época se empezó a construir.


Lo peor no es que los mapas electorales sigan reflejando esa España en azul y rojo enfrentada ideológicamente. 

Lo peor es que los descendientes ideológicos de quienes ganaron el enfrentamiento del 36 no han pedido disculpas. Lo peor no es que nuestros padres y madres de la patria me hagan desear fervientemente una orfandad institucional.

Lo peor es que durante tres días van a llenarse la boca con homenajes sentidos hacia tu persona gente que no ha entendido que dedicarse a la política es un ejercicio de humildad, servicio a la comunidad y nunca enriquecimiento a costa del pueblo.


Porque si estamos en esta situación, si superamos los seis millones de desempleados, si nuestro tejido industrial se deteriora, si las propuestas económicas pasan por la aprobación de nuestra líder en Berlín…si a los pobres ya no nos queda más que entregar…es porque una minoría no ha entendido lo que es hacer las cosas de forma ordenada y honesta y han metido demasiadas veces las manitas en la caja que no era suya.


Por cierto que además de Orden de Carlos III te han dedicado el Aeropuerto de Barajas. Lo más curioso es que esta idea se planteó en 2009 pero entonces resultó imposible…porque había que cambiar códigos y demás cosas técnicas.


Hoy por lo visto ya está solucionado el tema. Hoy aparte de descansar y estar preparado para tu último viaje, tienes una condecoración más, un aeropuerto y muchos, muchos amigos. Pero muchos, muchos, muchos. 






Blanca Fernández

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Gracias a todos por vuestra lectura ycomentarios, 

2 comentarios:

  1. Gracias por tu reflexión. Sin duda deberíamos tomar buena nota todos de que el agradecimiento debe ser una actitud y no una pose institucional cuando ya es demasiado tarde.

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  2. Lo suscribo de cabo a rabo. Por cierto, sin la revolución de los claveles portuguesa posiblemente no se habría creado el caldo de cultivo que hizo posible el cambio de régimen, sin que ello menoscabe un ápice el mérito del presidente Suárez. Gracias, amigos portugueses.

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